“Usted no tiene aspecto de agricultor”. Hay frases como esta pronunciada por la reportera de un canal de televisión de ámbito nacional que, más allá de lo anecdótico, llaman a la reflexión porque muestran muy a las claras los prejuicios existentes hacia un sector al que parecía que la pandemia, y su contribución a paliar los terribles efectos que ha sufrido la población, habían reforzado en su papel de esencial.
En esa afirmación se refleja una forma decimonónica de entender la agricultura que puede llegar a calar de manera muy dañina entre la población, sobre todo si parte de unos medios de comunicación que paradójicamente están poco informados sobre la realidad del sector, ya que es un dibujo que se acerca mucho a una caricatura
Hay una evidente falta de información sobre cómo es la agricultura del siglo XXI, en qué marco reglamentario se desenvuelve, los esfuerzos que viene realizando para adaptarse a las nuevas exigencias legales a nivel europeo que apuestan por la sostenibilidad, y particularmente sobre cuál es el perfil del agricultor actual, muy formado y preocupado por estar a la vanguardia. Está claro que en el sector agrícola es preciso comunicar más y mejor.
Una agricultura moderna y responsable con el medio ambiente
La realidad es bien distinta. Los retos a los que se enfrenta esta nueva agricultura exigen una apuesta decidida por la innovación y por la tecnología, que la posicionen bien ante los desafíos que se avecinan y le permita dar respuesta a las políticas comunitarias emanadas del Pacto Verde, o los ecoesquemas de la Política Agraria Común 2023-2027, sin dejar de ser rentable y asegurando un relevo generacional que evite el abandono del territorio rural.
Por otro lado, la gestión de la tierra, del agua y de los recursos naturales desempeña un papel fundamental a la hora de enfrentarnos al crecimiento demográfico, y en eso la agricultura tiene un papel fundamental.
Pero además de trabajar en sobreponerse al presente complejo y en plantear estrategias de futuro, es preciso conectar al sector agro con el ciudadano, que se conozca el modelo de vida que ha elegido el agricultor por propia voluntad, y no como una actividad escogida por descarte o por solo por tradición. Que se conozcan las buenas prácticas, el alto nivel de profesionalización de la inmensa mayoría de los hombres y mujeres del campo, las estrategias que se siguen para hacer al tiempo cada vez más productivos y sostenibles los cultivos.
Este marco de realidad que hemos querido dibujar, justifica lo que Movimiento Agro se ha marcado como objetivo, que es dar el protagonismo que merece al sector agrícola, desarrollando iniciativas de comunicación que transmitan fielmente una imagen de modernidad, y den cuenta de los esfuerzos del día a día del agricultor.